Pasto Grande Represa está ubicada en el límite con Puno. A sus descargas de agua se sumará la derivación de otros ríos para la segunda etapa de la obra |
Sin duda reforzará la posición estratégica de este pequeño departamento del sur en cuyo territorio las empresas mineras quieren invertir 6,500 millones de dólares. Proyectos que podrían concretarse siguiendo el modelo de Quellaveco. Empresa minera, sociedad civil y autoridades se pusieron de acuerdo en la licencia social. Ese consenso demuestra que sí es posible una convivencia entre la agricultura y la minería. Varias de las obras previstas en esta irrigación serán ejecutadas con el aporte de Anglo American, la empresa minera que explotará un tajo minero de cobre en Quellaveco. Pasto Grande II no es de ahora. Tiene casi dos décadas.
El objetivo es crear un sistema de embalses para almacenar el líquido elemento en temporada de lluvias. Un recurso escaso en una región árida que forma parte del desierto de Atacama. La primera etapa arrancó a mediados de la década del noventa. Se construyó la represa del mismo nombre para almacenar 200 millones de metros cúbicos de agua. El 5 de abril de 1995 llegó el primer golpe de agua a Moquegua. Diagnósticos revelan que esta primera parte cumplió objetivos a medias. Moquegua dispone de agua para consumo humano. Se irrigaron 5,400 hectáreas de terreno agrícola en los valles de Moquegua, Torata y Samegua. Sin embargo, el agro no es rentable, mantiene el monocultivo, el 70% es alfalfa. Hay 1,700 agricultores informales que roban el recurso desembalsado de la represa. Con la segunda etapa,ese enfoque pretende cambiar. Hay dos componentes fundamentales. Uno es el agrario orientado a la agroexportación y el segundo, el energético. Se proponen derivar los ríos Chilota y Chincune al canal principal de Pasto Grande que traslada el recurso desembalsado de la represa a los valles. Para ello, el agua será bombeada a una altura de 200 metros del ducto. El trasvase ocurrirá en tiempo de lluvias, en que los dos ríos aumentan sus descargas y terminan en el Océano Pacífico. El canal desembocará en Umalso. Allí se construirá una presa de 60 MMC. Al final del valle, en Osmore, se plantea otra represa de 30 MMC. Desde ahí por un sistema de tuberías el agua será derivada a Lomas de Ilo. En esta zona hay buenas tierras. La frontera agrícola crecerá en cinco mil hectáreas.
PRODUCCIÓN ENERGÉTICA: El otro componente es la instalación de dos centrales hidroeléctricas llamadas Moquegua II y III. Estas funcionarán con el aumento del volumen hídrico en los ríos Otora y Torata, y en cuyos tramos tienen caída para producir energía. Ambas centrales producirán 40 megavatios (MW). De ellos, 5 MW serviría para el sistema de bombeo en los ríos Chilota y Chincune.
Las obras demandan S/. 693 millones. La inversión la asumirá el sector privado y público. El Ejecutivo correrá con casi la mitad de esos recursos. El restante provendrá del aporte de S/. 1,000 millones que hará Anglo American a Moquegua. Según el gerente del Proyecto Especial Pasto Grande, Fredy Zeballos, la minera costeará el trasvase de los ríos. Pagará el costo de operación y mantenimiento del sistema de bombeo por 30 años.
FINANCIAMIENTO: Su costo asciende a S/. 115 millones. Las autoridades esperan que Southern asuma este proyecto en retribución a las cuatro décadas de operación de la mina de Cuajone.
En las centrales eléctricas se demanda una inversión de S/. 200 millones. El gobierno regional, con aval del central, busca endeudamiento del extranjero. Hay negociaciones avanzadas con la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (Jica). A opinión de Zeballos, este proyecto estuvo detenido por años por falta de recursos.
PÚBLICO-PRIVADA: Solo derivar el agua para irrigar un metro cuadrado de cultivo cuesta 12 centavos de dólar. “No hay agricultura a este costo en el país, pero en una alianza entre el sector privado y público se está avanzando”, recuerda Zeballos. Expertos en agro consideran que se viene un incremento de la producción en cantidad y calidad. Solo en agroexportación se generaría dividendos por 50 millones de dólares anuales. Según Ricardo Tapia, ex director regional de Agricultura, se revolucionará a la agricultura tradicional. Opina que el éxito dependerá del manejo que se le dé en el futuro y no se vuelva a cometer el error de entregar los terrenos a pequeños agricultores. Se tiene que apostar por la inversión privada. En materia de empleo se estima cuatro puestos de trabajo por hectárea y progresivamente ir extendiendo hasta 20 mil empleos. El proyecto está en evaluación. Técnicos del gobierno regional y Dirección General de Política de Inversión (DGPI) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) revisan y actualizan el perfil. Esperan su aprobación a la brevedad. Para el 31 de octubre se estima sea declarada su viabilidad. La aprobación del expediente técnico de ingeniería de detalle, que incluye el estudio de factibilidad, demoraría entre 3 a 4 meses. Es decir, a partir del segundo semestre del 2013 arrancarían los primeros trabajos. Antes hay que subsanar las objeciones de Puno y Arequipa. Sobre todo con esta última, donde el valle de Tambo ha resultado el principal opositor. Entre los moqueguanos se comenta que de no prevenirse, esto puede alcanzar niveles de conflicto como el que afrontan Arequipa y Cusco por el agua para Majes Siguas II. El ex líder del “moqueguazo”, Zenón Cuevas, distingue que hay un trasfondo político en algunos dirigentes y autoridades que buscan frustrar el avance de proyectos de desarrollo. Advierte que no se debe caer en el juego y por el contrario mantener el diálogo.
Reclamo de valle de Tambo debe solucionarse: Pasto Grande II ha superado la oposición de Puno. Sin embargo, tiene en el valle de Tambo un frente de oposición muy duro. Aseveran que la derivación de las aguas a Ias pampas de Ilo reducirá el caudal para Islay. Sus dirigentes, como Marilú Marroquín, piden al gobierno central primero ejecutar la represa de compensación antes de dar luz verde a Pasto Grande II. Algunos dirigentes buscarán reunirse con las autoridades del gobierno nacional. Mucha tensión se vive en el valle de Tambo. Recuerdan que en 1995 (año que se inicia la I Etapa del PEPG), el caudal del río Tambo era 20 metros cúbicos por segundo (m3/s) y era de buena calidad. Después de la construcción de la represa Pasto Grande, el río no fue el mismo. En época de estiaje llegó a tener un caudal de 7 m3/s.
ENFOQUE: Ricardo Catacora-Director regional de Agricultura: Impulso empresarial para el agro
En términos generales se avizora buen futuro para el agro moqueguano. Pero hay que darle seguimiento y que no se encarpete. Sabemos que la agricultura de Moquegua y algunas zonas de las regiones del sur son de subsistencia. No tienen rentabilidad. La idea sería darle un impulso empresarial. Consolidar la agroexportación. Además, de esa forma se podrá incrementar el Producto Bruto Interno (PBI) de la región. A esto hay que sumar la capacitación y fortalecimiento del agro a través de la asociatividad, porque la competitividad en la actualidad es alta. Eso se alcanza cuando se invierte de manera adecuada, en tecnología, sistema de riego, plantaciones, entre otros. En esto también tiene que haber facilidades de acceso a un crédito.
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